Sorprendente, gratificante, emocionante
Así es como puedo empezar este artículo. No hay mejor manera.
En esta nueva ocasión, durante varias semanas he podido compartir una de mis pasiones que es aportar herramientas a personas con discapacidad intelectual, y sobretodo despertar las suyas propias, en este camino del aprendizaje emocional.
Ha sido una fiesta, un júbilo cuando hemos logrado convertirnos en OBSERVADORES de nosotros mismos.
Cada día nos hemos vuelto a encontrar preguntándonos «¿Cómo estoy hoy?». Cuan fácil y difícil es a la vez esta pregunta. Nuestra respuesta más inmediata es «BIEN, estoy bien», ese comodín mágico que tan bien nos funciona a nivel social. Ahondar en esta pregunta ha sido todo un reto de sorpresas diarias, además de un momento de profunda escucha de todo el grupo.
Nos hemos entristecido reconociendo qué provoca la tristeza en nosotros, y cómo podemos reconocerla en nuestro cuerpo cuando aparece. Nos hemos enrabiado, la hemos sacado de nuestro cuerpo y hemos visto que cuando la tenemos equilibrada ¡cuanto de útil es para nuestra autoestima!. Hemos sentido miedo y al reconocerlo a través del juego, hemos conseguido hacerlo bien pequeñito. Y entre los aprendizajes y el experimentarnos, también nos hemos divertido mucho, viviendo como a través del juego logramos conocernos con gran profundidad.
Pequeños cambios han sido el resultado de grandes transformaciones personales, el mayor de los regalos que una formadora puede obtener.
Amor, esfuerzo, ilusión, confianza y creer en todos ellos han sido los pilares de esta formación.
Las personas con discapacidad intelectual, sensorial, física o de otro tipo, tienen necesidades concretas en las que debemos socialmente, ser más sensibles.
Inicialmente es de vital importancia que logremos sentirlas y reconocerlas como personas iguales a todos nosotros, y a su vez reconocer que son personas que tienen la necesidad de un mayor apoyo social. Más allá de las políticas a favor o en contra que gobiernan nuestros territorios, la sociedad en general tiene la libertad de tratar a las personas de su entorno como a sus semejantes y crear entidades, proyectos, acciones que apoyen a aquellas que tengan unas necesidades mayores como lo hace, seguro que todos los conoceréis el proyecto de «Special Olympics» , la ONCE, o entidades como la Fundació Tallers las cuales dedican toda su labor empresarial y social a estas personas.
Seguro que en tu barrio o dentro de tu comunidad hay muchas más acciones para personas con algún tipo de discapacidad. Acércate a ellas, comparte un momento de tu día dentro de sus actividades. Lo que recibirás no tiene precio.
Es un placer seguir trabajando cerca de las personas que viven algún tipo de discapacidad ya sea intelectual, física o sensorial, así como entre los equipos de educadores, psicólogos, trabajadores sociales, personal de apoyo que comparten su día a día con todas ellas.
¡Seguimos!
